miércoles, 24 de julio de 2013

El gran aval del Tata Martino no es Leo Messi, es José Yudica



por Por lvar Matusevich

Todos hablan de Marcelo Bielsa pero, más allá de la admiración, el respeto, la honestidad y la presión ofensiva, el Tata Martino no se parece demasiado al Loco. Otros hablan del visto bueno de “los Messi” -que es evidente-, así, en plural, cuando ninguno de los que lo aseguró fue capaz más que de tender una y otra vez, redes engañosas e inmorales sobre gente tranquila y normal.
Lo que pasa desapercibido para el mundo desconocedor de quién es quién en la historia del fútbol, es el aval de José Piojo Yudica, artífice de uno de los grandes  equipos de las últimas décadas, el Argentinos Juniors que bailó a la Juventus de Platini pero que perdió la final Intercontinental por penales.
Eran mediados de los 80’ y antes que Guardiola, obviamente, mucha más gente peleó por el ideario del toque y las innegociables formas por encima de los fines. Aquel Argentinos,  primero jugó con Pasculli de nueve y luego con Claudio Borghi haciendo el falso nueve o nueve y medio, como se llamaba en Argentina a la casta de los Brindisi en el Boca del 81’ o a Carlos Salinas, en el Boca que remató al Gladbach en la final de la Intercontinental del 79’.
Decir que cuentas con la opinión positiva de Yudica, es como dedicarte al jazz y que Miles Davis afirme que eres un fenómeno y te regale su trompeta. Es la escuela misma  de una forma de entender el fútbol que en Argentina quedó pisoteada por el resultadismo, las coimas y el vale todo de cuatro imbéciles con corbata.
Hacer “la nuestra” era que el central la saque jugando, que el extremo gambetee y que el diez la pise y meta un pase de gol cada tres jugadas. Argentina era historia viva de este deporte por su ideología y no solo por sus resultados. El ADN argentino es  la garra italiana y el toque brasileño…por algo su federación es la que más títulos internacionales aglutina.
Así pues, jugar al fútbol es sentir el compromiso con la historia, con el paladar negro del esteta que te pide una caricia ante cada contacto con el balón. Jugar al fútbol es ser honesto y leal al ideario del buen pie que tanto Yudica como Martino defendieron y defenderán siempre. La única pena es Tito Vilanova y la única indignación es que Pep Guardiola  esté en Múnich por culpa  de Rosell…pero ese es otro tema, esa es otra angustia.
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